Un microrrelato viejito de esos que tengo en el cajón oscuro y que fueron escritos para algún concurso que ya no recuerdo. Lustré un poquito y aquí ve la luz…

El Tuerto

La pistola apuntaba a su frente. Una gota de sudor cargada de miedo, bajaba y se mezclaba en su ceja, mientras se encontraba arrodillado esperando lo peor. Trató de suplicar por su vida, pero el tuerto no lo escucho, debía cumplir con su trabajo.

Por su mente paso toda su vida, en especial su familia. Estaba aturdido de las imagenes que sin pensarlas se proyectaban, provocando la reacción que nunca creyó poder tener. En su mente estaba su hija. Con un grito fuerte, acompañado de un movimiento rápido, ágil, intentó sacarle el arma. Un disparo salió, el tuerto completó su trabajo.

C.A.O.s